Todavía con la resaca de ver a Esperanza Aguirre, conductora, criadora de ranas y en sus ratos libres subcampeona de alcaldía olímpica por la Comunidad de Madrid, declarando por la ya conocida trama, los periódicos y programas audiovisuales han amanecido con el gran titular: "Mariano Rajoy declarará como testigo por el Caso Gürtel". El tribunal ha decidido por mayoría de 2 a 1 que el actual Presidente de España se posicionará delante del juez a espera de fecha. Se suma, por tanto, al conjunto de todos los miembros del Partido Popular que han pasado por el tribunal debido a este determinado caso y que ha llevado momentáneamente a la vida presidiaria al menor número de imputados que la justicia española ha podido enculpar.
Resulta cotidiano, por desgracia, concebir una nación (si así puede llamarse) de "muy y mucho españoles" encabezada por un Gobierno que declara como imputado y/o testigo de una de las tramas de corrupción más absolutas del mundo globalizado. Más cotidiano resulta, sin embargo, verlo excusándose mediante tópicos del tipo "no sé nada". Con plena certeza, el gallego recurrirá a la palabra fácil y desde luego no se verá perjudicado bajo ni ningún concepto por ello. Sin embargo, la presión de un juez es tan abismal (en este caso el abismo transcurre del bordillo a la acera) que no se descarta la posibilidad de filtrar algún que otro mensaje de ánimo.
En mi opinión, todos aquellos que critican a estos individuos e individuas, carecen de comprensión alguna. Mi mente no es capaz de asimilar que millones de incultos Stalinistas no comprendan que un presidente de un estado y sus ministros, vicepresidentes, alcaldes, becarios, secretarios, ayudantes, tesoreros y asesores no tienen voz en la toma de decisiones y acciones del partido que representan; ¿tan difícil resulta de creer?. Para la justicia no, eso sí es seguro.
En definitiva, lo que es no lo tenemos claro y lo que ha sido no lo sabremos jamás. A ver si con suerte alguno vuelve al Tíbet y acaba de destapar todo. Habrá que ampliar las cárceles...
J.M.Vergas
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